El rediseño se centró en implementar tecnologías actuales, optimizar la navegación en dispositivos móviles (donde el 80% de los usuarios consumen contenido) y crear una interfaz más limpia, accesible e intuitiva. Esto reduce la tasa de rebote y aumenta el tiempo de permanencia. Además, se mejoró el rendimiento del sitio y se aplicaron prácticas de diseño orientadas a la retención de usuarios y consumo editorial. Un sitio rápido y optimizado para móviles aumenta el tiempo de permanencia y reduce la tasa de rebote.
Esta transformación digital no solo refrescó la identidad visual del medio, sino que también fortaleció su posicionamiento y capacidad de adaptarse al entorno digital actual. Un rediseño profesional no es solo estética, es una inversión en crecimiento y retención de audiencia.